El diseño interior influye en nuestras emociones y acciones
En este post te voy a explicar qué es el neurointeriorismo y los beneficios que puede aportar a la salud física y emocional aplicarlo. Cómo el diseño interior de una casa influye en los pensamientos, emociones y acciones de quien la utiliza
El cerebro humano se conformó hace unos tres millones de años para vivir en la sabana, rodeado de luz, cielo y naturaleza. Parece que lo hemos olvidado, pero la vida no nos programó para vivir encerrados en espacios reducidos, diminutos, alejados de la vida natural. Acabamos así por las presiones sociales y económicas imperantes… y pagamos un precio por ello. ¿Cómo percibe nuestro cerebro los espacios en los que vivimos actualmente? ¿Cómo afectan a nuestro ánimo o a nuestro rendimiento? ¿Hay una relación entre cerebro y espacio?
El neurointeriorismo no es más ni menos que aplicar lo que nos dice la neurociencia acerca de cómo funciona nuestro cerebro ante lo externo, a la decoración de los espacios. Por ejemplo, la ciencia del sistema neuronal ha demostrado que fabricamos más oxitocina y serotonina, relacionadas con la relajación y el disfrute, si nuestros entornos son agradables. Esta es na información muy valiosa para aplicarla en el campo del diseño de interiores, sea cual sea la función del espacio que se vaya a transformar.
Sin embargo, en la práctica, a no ser que esta labor se encargue a un interiorista, no se diseñan los espacios, ni siquiera los hogares, para generar bienestar. Además, a la mayoría de los entornos públicos que se crean para cuidar la salud o formarse se les niega cualquier elemento de belleza formal. Así que es evidente que la neurociencia no se utiliza aún en la arquitectura mientras que en otros campos se ha estudiado y se ha convertido en imprescindible.
Desde La Academia de Neurociencia para Arquitectura en San Diego, Estados Unidos, se vienen elaborando estudios y conferencias relacionados con la disciplina de la Neuroarquitectura. La próxima, ANFA 2020: SENSING SPACES, PERCEIVING PLACE está programada para el 17 de septiembre. Se hablará de los trabajos que se han llevado a cabo. Se investiga la relación entre espacios amplios y pensamiento creativo; sobre el poder misterioso de la naturaleza para estimular tanto la concentración, como la curación de las personas tras una enfermedad; o sobre el impacto de los edificios y muebles con ángulos afilados sobre la amígdala, implicada en los procesos de defensa y agresión del cerebro. “Se trata de considerar cómo cada aspecto de un entorno arquitectónico podría influir sobre determinados procesos cerebrales, como los que tienen que ver con el estrés, la emoción y la memoria”, dice Eve Edelstein, Ph.D., profesora asociada de la NewSchool of Architecture & Design en San Diego.
Seguro que sí habrás oído hablar del neuromarketing, esa herramienta tan valiosa que sirve para llegar al corazón de los clientes mediante mensajes dirigidos a las emociones. Y es que la neurociencia, es una doctrina que lleva desde el siglo XVIII indagando en los misterios de las conexiones entre células del cerebro. Cómo y por qué se activan unas u otras en base a lo que los sentidos perciben.
La mente humana se ha estudiado en profundidad para averiguar qué se activa y cómo conseguir reacciones a la hora de comprar. Ya un documental, el Impero de los sentidos, emitido en La 2 de TVE hace años hablaba de qué activa el botón de compra y cómo se diseñan las estrategias de marca.
Entonces, si ha sido probada y aplicada la neurociencia para conseguir los resultados deseados en el mundo de las ventas y el marketing, ¿Qué hay del diseño de interiores?. En estos días de confinamiento han salido a la luz muchos de los errores que se han cometido en la arquitectura residencial por no tener en cuenta las necesidades de quien habita en estos espacios. Así que suspenso para las viviendas en este sentido.
¿Qué dirías del marketing que se emplea a la hora de vender una vivienda? ¿Aprueban las agencias o los propietarios esta asignatura? Cuando la casa es el producto que se pone a la venta parece lógico pensar que se debería usar neurointeriorismo para conseguirlo. El home staging, bien utilizado profesionalmente, consigue influir positivamente y logra inducir al deseo de compra pero es una mínima parte de propietarios quien conoce esta técnica y la utiliza. Y una cifra aún menor si hablamos de agencias inmobiliarias.
El mundo del retail, las tiendas, y de la hostelería, los restaurantes, por el contrario, sí han sido conscientes de la influencia que ejerce el espacio en las emociones cuidando mucho más la contratación de estudios de interiorismo para mejorar la experiencia del cliente en el establecimiento. De esta manera hay locales repletos de gente y otros que no terminan de cuajar y no siempre el producto que se vende o se degusta tiene la culpa de eso. Una mezcla acertada de estilo y buenas sensaciones son la apuesta segura.
En el diseño de interiores doméstico aún queda mucho por hacer. Las casas necesitan una mayor planificación por parte de profesionales con sensibilidad a las necesidades de quien las habita y sus emociones. La luz, el color, la temperatura, los sonidos, el aire, la ventilación, los materiales, las plantas… son muchos los factores a tener en cuenta. Se trata de ir un paso más allá de la decoración e indagar sobre qué efecto específico tienen los espacios sobre el estrés, las hormonas y el tipo de pensamientos que generamos. De esta manera podemos crear buenas vibraciones y levantar el ánimo, o bien calmar si es lo que buscamos.
¿Cuántos de nosotros vivimos en espacios que reflejan nuestras necesidades vitales, nuestros sueños? Pues deberíamos porque es el primer paso para conseguirlos. La casa influye mucho en nuestro día a día y en nuestra vida. Como una vez leí a Elsa Punset “Tenemos derecho a exigir que nuestros hábitats privados y colectivos reflejen y estimulen lo mejor que llevamos dentro”